Las firmas editoriales argentinas de menor tamaño y sus políticas editoriales. Del siglo XX al siglo XXI, una mirada desde la historia de empresas
Viviana Román
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Resumen
La Argentina había conformado históricamente su complejo editorial a partir de un conjunto de empresas pequeñas y medianas, sólo la reconfiguración del sector a nivel mundial y el arribo de los conglomerados extranjeros a finales del siglo XX modificó el panorama dando paso a la coexistencia de grupos empresariales fundamentalmente multimedia y de un heterogéneo universo de micro, pequeñas y medianas empresas. Creció entonces la fundación de editoriales chicas que comenzaron a enfocarse en algún área o temática, se insertaron en un nicho de mercado y aprovecharon su estructura mínima y su flexibilidad. En este mismo sentido, la conformación de redes sociales a partir de la participación en diferentes instancias propias del sector editorial de empresarios micro y pymes ha proporcionado a las firmas en análisis oportunidades de desarrollo. Consecuentemente, el estudio de las políticas editoriales y de mercado que estas microempresas y pymes editoriales han llevado adelante desde fines del siglo XX es de interés. Las políticas editoriales de las micro y pymes editoriales son significativas porque ellas delimitan el catálogo que el sello ofrecerá a sus lectores – destinatarios y condiciona la elección de los ámbitos que se privilegiarán en materia de promoción y de venta tanto en el mercado local como en el exterior.
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Palabras clave: industria editorial, historia de empresas, microempresas y pymes editoriales, políticas editoriales, estrategias empresariales
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La conformación histórica del complejo editorial en Argentina tuvo lugar sobre la base de un conjunto de empresas pequeñas y medianas. Este proceso reconoce orígenes en la segunda mitad del silgo XIX y sólo la reconfiguración del sector editorial en el mundo y la llegada de conglomerados extranjeros a finales del siglo XX modificó el panorama abriendo el camino a la coexistencia de grupos empresariales fundamentalmente multimedia y de micro, pequeñas y medianas empresas. Creció entonces la fundación de editoriales chicas que comenzaron a enfocarse en algún área o temática, se insertaron en un nicho de mercado y aprovecharon su estructura mínima y su flexibilidad.
Dado este escenario el análisis de las políticas editoriales y de mercado que estas microempresas y pymes editoriales pusieron en práctica desde fines del siglo XX se torna relevante. Puede evidenciarse, en este sentido, una correlación entre definición de políticas editoriales, delimitación del segmento de mercado para el cual producir e identificación de ámbitos de promoción, venta y distribución.
Empresas chicas y políticas editoriales en el mercado local
Las políticas editoriales de las micro y pymes editoriales son significativas porque ellas delimitan el catálogo que el sello ofrecerá a sus lectores – destinatarios y condiciona la elección de los ámbitos que se privilegiarán en materia de promoción y de venta. En ellas suelen manifestarse las motivaciones presentes en el origen del sello y en su permanencia. Las características propias de las firmas más chicas indican que en las decisiones que se toman en esta materia predomina el “origen personal”. En este sentido, Leopoldo Kulesz[1] – uno de los dueños de Libros del Zorzal, editorial surgida en el año 2000 – manifestó que las decisiones acerca de qué se publica las toman su socio (y hermano) Octavio Kulesz[2] y él. A este respecto, afirmó que contrata editores a los que les pone limitaciones, sin que ello implique estar “en todo”. Asimismo, Serapis – firma creada en Rosario en 2006 – se ha dedicado al desarrollo de un proyecto literario que incluye traducciones de obras literarias, novelas, ensayos, cuentos y poesías[3]. Su editora, Carolina Lieber, sostenía en el 2014 que “Hay un público atento y curioso que busca en las librerías el tipo de libro que nosotras editamos. No es un público numeroso, por eso no hacemos tiradas muy grandes de cada título (…)”[4]. En Las Cuarenta, una editorial de Buenos Aires fundada también en el año 2006, han priorizado – conforme a términos de su dueño y cofundador – las lecturas que permiten escapar de la modernidad, que apuntan a ampliar los horizontes y resalta que su formación en Filosofía marcó el rumbo de la firma en este sentido; satisfaciendo así la demanda de un segmento con interés en estos temas[5]. En Caballo Negro, una firma editorial de la Ciudad de Córdoba que data del 2009 se dedica a publicar literatura. Su editor, Alejo Carbonell, definía su política editorial al hablar sobre su catálogo diciendo que “Es más fácil en todo caso pensar en lo que no queremos: un catálogo endogámico, libros que se inscriban bajos los mandatos estéticos del momento sólo para amontonar un poco de capital simbólico en el Facebook del autor. Eso no nos interesa”[6]. Gourmet Musical Ediciones, una firma de Buenos Aires fundada en el 2005, está – como indica deliberadamente su denominación – dedicada a la edición de libros referidos a música, a músicos “desde rock hasta tango, hasta música clásica” y a musicología especializada en temas argentinos y latinoamericanos. Su dueño está formado en el campo de la investigación musicológica y años antes de fundar el sello (1998) tenía un sitio de Internet: “(…) era una base de datos muy detallada sobre música de Latinoamérica donde además vendíamos publicaciones independientes, música independiente, libros, revistas (…) Después del 2001/2002 se hizo insostenible (…) todo se fue complicando y en algún momento tuve que dejar el sitio”[7]. Años más tarde se transformó en la editorial, el sitio ya se llamaba Gourmet Musical. Lugar Editorial[8] (surgida como sello en el año 1991) recibe, de manera similar a otras empresas editoriales, propuestas para su publicación; pero también tienen autores a los que les proponen determinados temas que de acuerdo a la información relevada en las Ferias del Libro el público está demandando. Así en estas firmas y en tantas otras de las que se podría dar cuenta tanto la promoción como la venta han estado directamente relacionadas con las características de su catálogo.
El manejo de la consagración de autores está presente también, en él se registra una transferencia de capital simbólico, especialmente a través del “catálogo” que ha publicado en el pasado[9]. Por eso la preocupación sobre qué obras conforman el catálogo de una editorial aparece reflejada en el control de las decisiones de qué se publica y qué no. A su vez, en las políticas editoriales en análisis coexisten dos aspectos fundamentales: el lado literario (puede hablarse en sentido amplio de lado académico o de calidad del material de lectura) y el costado comercial. Uno y otro adquieren relevancia en las microempresas y pymes de la industria editorial, pues garantizan el prestigio del sello y del editor/empresario, estando ligado también, en muchos casos, al nicho de mercado en el que se han insertado y a la generación de estrategias de comercialización.
En el análisis de la diversidad empresarial expresada especialmente en la configuración del sector editorial de nuestro país desde fines del siglo XX nicho de mercado y permanencia/vitalidad de las firmas más chicas son elementos de importancia. La especialización flexible en tanto estrategia que consiste en una innovación permanente en la adaptación a los cambios en vez de intentar controlarlos está presente en el segmento empresarial estudiado[10]. Muchas pequeñas y medianas empresas editoriales se han beneficiado en las últimas décadas de la flexibilidad de las nuevas tecnologías. En esta misma línea de interpretación puede argumentarse que las firmas de menor tamaño se adaptan mejor a la segmentación del mercado y al cambio acelerado[11]. Este fenómeno de segmentación contribuye a explicar la multiplicación de nichos operada en las últimas décadas, en ellos se insertan las firmas de menor tamaño. En esta tendencia puede ser clave la diversificación de modas para muchos grupos pequeños de consumidores y la constante renovación de necesidades. Edith Penrose ha indicado que la economía genera un número de espacios de mercado que no son favorables para la producción a gran escala, no rinden la suficiente ganancia como para interesar a los grandes productores[12]. Estos mercados pequeños pueden ser creados por costumbres locales o por usos especiales – en el caso de las micro y pymes editoriales la puesta en práctica de una política editorial centrada en la edición de textos destinados, por ejemplo, sólo a un reducido público académico – o por necesidades lujosas o por ubicación geográfica o por mercados muy nuevos con una demanda aún muy baja. En nuestro análisis, por ejemplo, la producción de libros referidos a musicología argentina por parte de uno sellos referidos.
En esta combinación de elementos culturales a difundir y aspectos económicos la comercialización – promoción, venta y distribución – parece fundamental. Adquiere, en consecuencia, significatividad el análisis de las transformaciones en las formas de comercialización; la promoción, la venta y la distribución en las microempresas y pymes editoriales argentinas supone tener en cuenta los canales de venta utilizados.
El principal punto de contacto entre las editoriales y el público lector han sido históricamente los comercios minoristas. Es así que tomando el conjunto del sector a través de las librerías (incluyendo las que pertenecen a las propias editoriales) se canalizaba conforme a cifras del 2005 el 68% de las ventas de todas las editoriales, ya sea un sello perteneciente a un grupo, a una microempresa o a una pyme. Al mismo tiempo, a datos de ese mismo año el 17% era comercializado por medio de distribuidores, el 7% era adquirido por el Estado (incluyendo a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares – CONABIP -), y el resto era distribuido por otras vías, como quioscos de revistas, vendedores directos (a domicilio) o Internet[13].
Algunos editores consideran que no resulta conveniente centrar el funcionamiento de la firma en este tipo de ventas debido a su carácter inestable y, por lo tanto, entienden que debe tomarse como un negocio aparte. En muchos casos la venta al Estado permite ampliar la tirada del título seleccionado para tal efecto provocando esto un abaratamiento de los costos[14]. Hay editores que han destacado el papel de la Cámara Argentina del Libro (CAL) en la venta de libros al Estado[15]. Esto se debe a que ella estuvo como intermediaria de muchas de las gestiones y asesoró a las pequeñas editoriales en lo referente a las licitaciones públicas. Asimismo, algunas fuentes consultadas ponen el acento en que si bien las compras del Estado se han “democratizado”[16] entre fines de la década del 2000 y principios de la de 2010 sólo ha habido entre 80 y 100 editoriales que venden libros al Estado. En esto intervienen variables que van desde la decisión de no participar de estas ventas hasta que el catálogo de la editorial no cuenta con títulos que puedan ser seleccionados para ser comprados.
Los mecanismos de promoción, venta y distribución puestos en práctica han estado vinculados a la cantidad de títulos que tiene una microempresa o pyme editorial y al lector al que apunte la producción. Por ejemplo, los sellos cuyo material está destinado fundamentalmente al público universitario han concentrado sus puntos de venta cerca de diferentes sedes universitarias. Los sellos cuentan con una página web que permite la promoción del material, orienta al lector respecto de los lugares donde conseguirlo, en el caso en que su producción o parte de ella sea utilizada en el sistema escolar han incorporado propuestas de trabajo para el aula con sus títulos y, en algunos casos, han incluido también la posibilidad de hacer compras por ese medio, incursionando de esta manera en el comercio electrónico.
Muchas firmas, además, comenzaron a hacer en la era de internet difusión de su catálogo a través de listas electrónicas y sostuvieron la antigua práctica de hacer presentaciones de libros en lugares claves conforme a su público. También, la contratación de agentes de prensa, promotores e incluso vendedores que se han ocupado de determinadas zonas del país han sido mecanismos desplegados por algunas editoriales. En algunos casos se han logrado acuerdos y firmas pequeñas comparten el staff de promoción y/o venta. Hay empresas que tienen una distribución propia; otras, trabajan con esa modalidad y con distribuidores; y existen, además, editoriales que sólo trabajan con firmas de distribución.
El segmento en análisis ha desarrollado algunas acciones de interés con el objetivo de darle visibilidad a sus colecciones. En este sentido, la Alianza de Editores Independientes de la Argentina (Edinar), surgida en el 2005 a partir de la participación de treinta firmas que tienen catálogos con diversa cantidad de títulos[17], tuvo la iniciativa en el año 2010 de seleccionar veinte títulos (de poesía, ciencia, novelas, cuentos, arte, literatura infantil, historia y ensayos). Los presentaron expresando ante el público lector/consumidor los motivos de su elección, estos títulos estuvieron especialmente disponibles en nueve locales de librerías de la Ciudad de Buenos Aires durante algunos días del mes de agosto del año mencionado.
En algunas editoriales han decidido utilizar los servicios de empresas de logística y distribución para abaratar costos de flete en la medida en que la tarifa mínima de transporte es de 20 kilos[18]. En algunas firmas[19] han ido probando diferentes opciones como hacer distribución propia y tercerizar la logística o tercerizar una y otra, e incluso, el depósito en el que se guarda la producción; en otras, han mantenido alguno de estos mecanismos desde los inicios de la actividad. Hay editoriales que han optado por distribución propia y tratan de trabajar tanto con librerías como con pequeñas estructuras que cuidan el material y que se comprometen a exhibirlo. También existen sellos que han organizado una estructura de distribución propia y que han sumado a ella la producción de otros sellos con menos cantidad de títulos[20]. Las estructuras no convencionales – como por ejemplo emprendimientos de bibliotecarios o jubilados que armaron algún proyecto ligado a capacitación y microempresas y pymes que les vendieron directamente con un descuento menor que el de las librerías[21] – revisten interés en la diversidad de estrategias de venta analizadas. Además, las editoriales del interior del país presentan sus particularidades en torno a esta cuestión, pues se plantean la llegada a Buenos Aires como mercado de colocación de su producción. Por ejemplo, en Raíz de Dos, editorial cordobesa fundada en el 2008 en la que se ha publicado fundamentalmente – pero no exclusivamente – novelas y libros periodísticos,han manifestado la necesidad de mejorar la distribución en todo el país. Han puesto énfasis en la necesidad de prestar mayor atención a Buenos Aires[22].
Asimismo, la mencionada venta por Internet se fue incrementando. Esta modalidad fue adquiriendo importancia desde fines de la década de 1990 y muchas editoriales de menor tamaño fueron incorporándola paulatinamente de maneras diversas. Ya en 1998 una cadena como Yenny anunciaba el lanzamiento de su librería virtual por medio de una página de Internet. El catálogo de libros para comprar era de entre 75.000 y 100.000 títulos[23]. Esto antecedió al sitio de ventas por Internet Temátika.com; no obstante, de todas formas, según datos relevados el uso de la misma se incrementó a partir del 2002/2003[24]. Firmas editoriales chicas han hecho acuerdos para la venta por la web, por ejemplo, la alianza que se estableció entre la editorial Calibroscopio – de libros infantiles e ilustrados – con la prestigiosa revista digital Imaginaria – de literatura infantil y juvenil destinada fundamentalmente a docentes y bibliotecarios – para la creación de una librería virtual[25]. Todo lo anterior es importante porque la virtualidad (páginas de Internet, blogs, redes, etc.) hace posible una opción de compra que para algunos segmentos de mercado resulta más cómoda y permite la llegada de los libros a zonas alejadas del lugar de origen del sello.
La internacionalización de las editoriales más chicas y sus políticas editoriales
En el análisis de la internacionalización de las empresas de menor tamaño las conceptualizaciones son de importancia, pues las decisiones tomadas por los empresarios editoriales del segmento analizado y sus estrategias con relación al mercado externo contribuyen a la definición de sus políticas editoriales. Desde esta perspectiva, las ideas de Soulaimane Laghzaoui[26] son relevantes, ella ha logrado una propuesta superadora de los modelos teóricos[27] existentes sobre internacionalización de las pymes integrando los conceptos de recursos y competencias implícitos en ellos. Teniendo en cuenta que los recursos son los activos tangibles e intangibles de una empresa en tanto que sus competencias están ligadas a la capacidad de combinar esos recursos, las firmas que disponen de conocimientos suficientes sobre los mercados internacionales y son eficaces en la asimilación y el aprendizaje de conocimientos pueden saltar etapas. Al mismo tiempo, los recursos empresariales, financieros y tecnológicos se tornan importantes a la hora de identificar oportunidades en el mercado externo. Es, entonces, un proceso complejo y relativamente heterogéneo. Así, las empresas pueden internacionalizarse por etapas sucesivas, pueden saltarlas o pueden internacionalizarse desde su fundación. Los casos de microempresas y pymes editoriales aquí incluidos representan la variedad expresada.
Existen editoriales chicas que desde su creación configuraron un catálogo que les permitiera colocar sus títulos en el mercado externo[28]; cuentan con títulos pertenecientes a áreas de interés en diversos mercados de habla castellana[29]. Asimismo, se registran algunas pymes editoriales que a partir de acuerdos con distribuidores en otros países han exportado y existen empresarios micro y pymes que consideran que es más redituable la instalación ellos[30].
También, son de interés las ferias internacionales, ellas permiten tanto la comercialización de libros como la compra y venta de derechos de autor y de traducciones en el exterior, además de establecer conexión con editores y bibliotecarios de otros países[31]. En el año 2010 la Argentina fue invitada de honor en la Feria de Frankfurt y en ese contexto, autoridades nacionales destacaron que se llevó a “un amplio abanico de creadores y manifestaciones culturales, desde autores y grandes editoriales y pequeños y medianos editores independientes” [32]. Consecuentemente, una serie de firmas chicas participaron de la Feria; situación que estuvo muy vinculada al interés de parte de los organizadores de la misma en las obras de jóvenes autores, debido a la edad de algunos dueños de editoriales pequeñas de más o menos reciente creación esto constituye un elemento de importancia. A su vez, la Feria de Guadalajara, por ejemplo, permite conectarse con editoriales mexicanas, esto suele ser de importancia porque la Secretaría de Educación Pública de México realiza convocatorias para la compra de libros y las editoriales argentinas pueden colocar producción en ese mercado a partir de un acuerdo con alguna editorial mexicana[33]. Además, ha habido presencia de libros de microempresas del sector en diversas ferias internacionales[34] a través de otras editoriales que estuvieron interesadas en llevar determinados títulos que no eran propios. Las ferias se constituyen en entornos propicios para la conformación de redes entre diversos actores del mundo editorial. Las redes sociales que se conforman son muy relevantes pues permiten a los editores/empresarios configurar un interesante sistema de relaciones y contactos tanto formales como informales que tiende a compensar las debilidades derivadas del tamaño de la empresa[35]. En el contexto de la crisis del 2001 algunos editores de firmas pequeñas y medianas empezaron a trabajar para la realización de exportaciones conjuntas y la participación colectiva en ferias internacionales. Derivado de ello años después se formó el Colectivo de Editores Independientes por la Bibliodiversidad de la Argentina. Editoriales como Argonauta, Asunto Impreso Ediciones, Biblos, De la Flor, Del Zorzal y Ediciones del Signo, entre otras participaron de este emprendimiento [36].
Las ventas al exterior son, al mismo tiempo, un elemento a tener en cuenta, pues se registran muchos casos del segmento de firmas en análisis[37] que han realizado ventas de libros a través de librerías de otros países de América Latina como Colombia y Chile.
Comentarios finales
A través de algunos casos se han analizado aquí las políticas editoriales de las firmas editoriales más chicas de Argentina desde fines del siglo XX, en perspectiva de Historia de empresas. El recorrido presentado ha incluido la consideración de las políticas editoriales teniendo en cuenta el catálogo ofrecido a sus lectores-audiencia-consumidores, las estrategias para la venta en el mercado interno puestas en práctica y el estudio de la inserción de estas empresas en el mercado externo. Desde este punto de partida es posible realizar un conjunto de afirmaciones.
En primer lugar, la identificación de un espacio de mercado inadecuado para la producción a gran escala por no tener la rentabilidad suficiente para interesar a los grandes grupos empresariales, fundamentalmente multimedia, es primordial para delimitar políticas editoriales en las firmas de menor tamaño. En segundo término, la conformación de redes sociales a partir de la participación en diferentes instancias propias del sector editorial ha proporcionado al segmento en estudio oportunidades de desarrollo, en algunos casos rediseñando algún aspecto de su política editorial para hacer posible la implementación de estrategias de comercialización conjuntas. Por último, respecto a la inserción en el mercado externo de las firmas analizadas la conformación de un catálogo que pueda ser interés en otras latitudes ha influido sobre la delimitación de la política editorial puesta en práctica.
Bibliografía
Bourdieu, Pierre (2006). Intelectuales, política y poder. Buenos Aires, Eudeba.
Fernández Moya, María (2011). “La promesa del gran mercado del libro. Un siglo de editoriales españolas en Argentina (1908-2008)”, XIII Seminario Complutense de Historia Económica, Madrid, 2010. / La Historia Económica y de la Empresa en América Latina, Revista de la Economía y de la Empresa. BBVA.
Julien, Pierre A. (1998). “Las pequeñas empresas como objeto de investigación: algunas reflexiones acerca del conocimiento de las pequeñas empresas y sus efectos sobre la teoría económica”, en Kantis, Hugo (Ed.), Desarrollo y gestión de pymes. Aportes para un debate necesario. Buenos Aires, Instituto de Industria – UNGS.
Laghzaoui, Soulaimane (2006). L’internationalisation des PME. Pour une relecture en termes de ressources et compétences. France, GREFI, University of Paul Cézanne, Aix Marseille III.
Penrose, Edith (1959). The Theory of the Growth of the Firm, Oxford, Bacioc Blackwell.
Piore, Michael y Sabel Charles (1984). La segunda ruptura industrial. Argentina, Alianza.
Szarka, Josep (1998). “Las Redes y la pequeña empresa”, en Kantis, Hugo (Ed.), Desarrollo y gestión de pymes. Aportes para un debate necesario. Buenos Aires, Instituto de Industria – UNGS.
Corpus
Viviana Román. Graduada en Historia (Facultad de Filosofía y Letras – UBA). Magíster en Historia (Universidad Torcuato Di Tella). Profesora Adjunta Regular – Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires. Profesora Titular – Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Secretaria Técnica Centro de Estudios Económicos de la Empresa y el Desarrollo (CEEED). Secretaria de Redacción del Anuario CEEED. Investigadora del IIEP BAIRES (UBA-CONICET) – CEEED – Facultad de Ciencias Económicas – UBA. Directora Proyecto UBACYT “Empresarios y empresas del sector de las Industrias Culturales y los proyectos de cultura en el largo plazo. Del siglo XX al siglo XXI en perspectiva histórico económica”. Directora del Proyecto de Investigación UNTREF – “Producciones y consumos culturales argentinos en perspectiva histórico –económica: el desarrollo de las empresas editoriales más chicas y del arte sonoro (siglo XX y principios del siglo XXI”. Autora de diversas publicaciones como “Mujeres en la historia de la edición argentina: ¿La edición va teniendo marca de género?” (en co – autoría), Revista La Aljaba, 2da. Época, 2019; Industrias Culturales y novedades tecnológicas en el largo plazo. La industria editorial, el complejo audiovisual y el arte sonoro en Argentina, (en co – autoría), Buenos Aires, EAC, 2018; “A propósito del desarrollo de la industria editorial y las interpretaciones históricas de algunos de sus tópicos”, Anuario CEEED, Facultad de Ciencias Económicas, UBA, Año VIII, Nº 8, 2016; “Las microempresas y pymes editoriales argentinas frente al desafío de la promoción, venta y distribución de libros a fines del siglo XX y principios del XXI”, en Revista História Econômica & História de Empresas, Vol. 18, Número 2, Brasil, 2015, “Estrategias empresariales de las pymes editoriales argentinas a principios del siglo XXI”, Revista Latina de Sociología N° 3, Universidad de La Coruña, España, 2013 y “Pymes editoriales de Argentina y Cámaras empresariales del sector desde fines del siglo XX”, en AA. VV. Industrias Culturales y Proyectos de Cultura, Buenos Aires, UNTREF/FCE – UBA, 2013.
Para citar este artículo:
Roman, Viviana
(2019). “Las firmas editoriales argentinas de menor
tamaño y sus políticas editoriales. Del siglo XX al siglo XXI, una mirada desde
la Historia de empresas“. Revista Latinoamericana de Estudios Editoriales, núm. 1. Buenos Aires: Red de Estudios
Editoriales (Universidad de Buenos Aires).
[1] Entrevista a Leopoldo Kulesz, co fundador y Director de Libros del Zorzal. Buenos Aires, 4 de enero de 2010
[2] Octavio Kulesz además de ser socio de su hermano y co fundador del sello Libros del Zorzal es Director de la Editorial Teseo y en el año 2007 fue elegido Presidente del International Young Publisher of the Year Network, red global que nuclea a unos 45 jóvenes editores, con centro en Londres.
[3] Estas definiciones sobre política editorial puede verse en (http://www.editorialserapis.com), disponible 7 de enero de 2019.
[4] Diario La Capital, “Los independientes: editar libros en Rosario es una empresa posible”, 29 de junio de 2014. Versión digital.
[5] Entrevista a Néstor González, titular de Las Cuarenta, Buenos Aires, 22 de noviembre de 2013.
[6] Diario La Voz, Ciudad Equis, “Caballo Negro, al galope”, 10 de abril de 2014.
[7] Entrevista a Leandro Donozo, director – responsable editor de Gourmet Musical Ediciones. Buenos Aires, 27 de noviembre de 2013.
[8] Entrevista a Graciela Rosenberg titular de Lugar Editorial y Vicepresidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL) 2014. Buenos Aires, 28 de enero de 2014.
[9] Bourdieu, 2006; pp. 30 – 31; 223 – 224.
[10] Piore y Charles, 1984; pp. 29 y 435.
[11] Julien, 1998; pp. 35 y 37.
[12] Edith Penrose (1959).
[13] Informe Centro de Estudios para la Producción, “La industria del libro en Argentina”, Argentina, 2005. p. 67.
[14] Entrevista a Darío Stukalsky antes citada.
[15] Entrevista a Judith Wilhelm titular de la editorial Calisbroscopio y de la librería El libro de Arena, 9 de diciembre de 2013.
[16] Por ejemplo, Alejo Ávila Huidobro, socio fundador de Ediciones Del Naranjo, en entrevista 17 de diciembre de 2013.
[17]Diario La Nación, “Los editores independientes recomiendan sus mejores libros. En nueve librerías porteñas se exhibirán 20 títulos destacados de distintos géneros”, 6 de agosto de 2010. Versión digital.
[18] Entrevista a Ignacio Arrieta propietario de Libro Express, 23 de enero de 2014.
[19]Entrevistas a Alejo Ávila Huidobro, a Miguel Balaguer, a Judith Wilhelm, a Leandro Donozo y a Leopoldo Kulesz, antes citadas.
[20]Cabe destacar que se trata de Ediciones Disconario y que, aunque cuenta con distribución propia también distribuye su producción Calisbroscopio,sin superponer rutas. Entrevista a Miguel Dente, cofundador de Ediciones Disconario. Buenos Aires, 20 de noviembre de 2013.
[21] Entrevista a Judith Wilhelm antes citada.
[22] Riera, Daniel, “Córdoba, desde el mediterráneo editorial hace punta en todo el país”, Diario La Nación, jueves 1 de octubre de 2015. Versión digital.
[23] Diario La Nación, “Yenny con más libros”, 4 de noviembre de 1998. Versión digital.
[24]Temática.com forma parte de los canales alternativos de venta de Yenny/El Ateneo, tiene un depósito propio y recupero diario con las grandes sucursales de la cadena como la del Shoping Alto Palermo y las ubicadas de la calle Florida de la ciudad de Buenos Aires. Este medio le permite a esta firma distribuir libros tanto dentro del país como en el resto del mundo. Entrevista a Damián Winnik, Jefe de ventas corporativas de Yenny / El Ateneo – Grupo ILHSA. Buenos Aires, 3 de julio de 2014.
[25] Entrevista a Judith Wilhelm antes citada.
[26] Laghzaoui,2006; pp. 3-4, 8-9 y 11-12.
[27] Se trata de los siguientes modelos: A. Internacionalización por Etapas (Modelo de Uppsala: 1. actividades de exportación irregulares y por oportunidad; 2. vía un agente independiente; 3. radicación de una sucursal de venta; 4. producción en el país extranjero / Modelo de Innovación: considera la internacionalización como un proceso análogo a las etapas de adopción de un nuevo producto). B. Internacionalización por la Economía (algunos autores tienen en cuenta los recursos y otros, los costos de transacción). C. Internacionalización por Redes (proceso intra e inter organizacional – contactos formales e informales). Cabe destacar que estos modelos se utilizan para el análisis de la internacionalización de las empresas en general y no exclusivamente para las de menor tamaño.
[28]Es importante destacar aquí que la Cámara Argentina del Libro (CAL) asesora en lo que a exportación de libros se refiere. En ella funciona una Comisión Asesora para la Exportación de Libros (CAEL) que brinda información sobre las medidas referentes al comercio del libro y asesoramiento en los trámites de exportación o importación.
[29]Es el caso, por ejemplo, de Ediciones Manantial. Entrevista a Carlos de Santos, dueño – gerente general de Ediciones Manantial, surgida en 1984, y Presidente de la CAL en 2010, Buenos Aires, 15 de noviembre de 2010.
[30] Consultado Leopoldo Kulesz a principios del 2010 a este respecto respondió que su proyecto era instalarse con Libros del Zorzal en España y en México por el tamaño del mercado y porque la distancia a los mercados siguientes es grande y desarrollar un plan editorial en cada país. Entrevista a Leopoldo Kulesz antes citada.
[31] Entrevista a Alejo Ávila Huidobro antes citada.
[32] Diario La Nación, “La Argentina, en el centro de la industria editorial. El país será invitado de honor en la Feria de Francfort 2010”, 23 de abril de 2007. Versión digital.
[33] Entrevista a Judith Wilhelm antes citada y Entrevista a Mario Méndez, responsable de Editorial Amauta, Buenos Aires, 16 de diciembre de 2013.
[34] Entrevista a Miguel Dente antes citada.
[35] Szarka,1998; p. 311.
[36] Fernández Moya, 2011; p. 232.
[37] Entrevista a Judith Wilhelm antes citada.