Inside out. Las ediciones de los universitarios en Uruguay (1985-2016)
Nairí Aharonián y Maura Lacreu
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Resumen
Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación en construcción, que comenzó con la intención de responder preguntas sobre dónde editan los investigadores universitarios en Uruguay y el porqué de esa decisión, y que pretende indagar acerca de las ediciones de estos investigadores y de su relación en el campo editorial en Uruguay. Partió de la hipótesis de que las escasas políticas editoriales universitarias así como el prestigio de ciertas editoriales comerciales llevan a los investigadores de la Universidad de la República a editar fuera de su ámbito académico de desempeño. En un primer momento, se trabajó en la generación de un corpus documental con la sistematización de la información del Sistema Nacional de Investigadores (sni) sobre las publicaciones de sus miembros, para luego complementarlo con un relevamiento de la experiencia subjetiva de los propios autores mediante una encuesta electrónica que indagó en cómo toman las decisiones a la hora de editar. Así, con algunas conclusiones primarias en la línea de la confirmación de la hipótesis de partida, se pretende avanzar ahora en analizar en detalle las causas por las que los autores editan dentro o fuera de la Universidad de la República, con énfasis en lo relativo a la transferencia de capital simbólico en las operaciones de marcación, siguiendo a Bourdieu. Todo esto, con la pretensión de aportar respuestas en torno a las características de las ediciones de los universitarios en Uruguay, a las decisiones que toman y sus motivaciones, y a los imaginarios que se construyen acerca de la edición comercial.
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Palabras clave: edición universitaria, Uruguay, investigadores, academia
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Introducción
Con este trabajo se pretende comenzar a responder interrogantes referidas a un aspecto específico dentro del campo editorial[1] uruguayo: dónde han editado entre 1985 y 2016 los investigadores de la Universidad de la República que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (sni) de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (anii) de Uruguay[2] y por qué, además de qué políticas ha desarrollado la Universidad de la República[3] en relación con sus ediciones y, en particular, con las que resultan de las investigaciones de sus docentes. Resulta importante también preguntarse cómo ciertas «operaciones de marcación» —siguiendo a Pierre Bourdieu (2002a)— repercuten en la decisión de los autores universitarios de editar dentro o fuera de su institución de pertenencia.
Tres hipótesis de partida guían este trabajo. La primera, que los investigadores de la Universidad de la República editan mayoritariamente fuera de su casa de estudios, salvo en los casos específicos de aquellos financiados por los programas de apoyo a publicaciones; la segunda, orientada a la institución, que la ausencia de políticas editoriales lleva a los autores a editar en editoriales comerciales y, por último, la tercera hipótesis, que las «operaciones de marcación» de las editoriales comerciales repercuten en las decisiones de los autores y orientan su preferencia por ellas.
La edición universitaria en América Latina
Una editorial universitaria aporta al cumplimiento de uno de los objetivos de la educación superior —el de «acortar la brecha […] entre el pensamiento académico y la realidad social, histórica y cultural de una sociedad»— si el conocimiento que se produce en el seno de la academia, «además de ser leído por la comunidad académica», llega a quienes no pertenecen a ella (Uribe, 2006: 41). En particular, la Universidad de la República establece en su Ley Orgánica que le incumbe también «… acrecentar, difundir y defender la cultura; impulsar y proteger la investigación científica y las actividades artísticas y contribuir al estudio de los problemas de interés general y propender a su comprensión pública»,[4] en el sentido del modelo de universidad latinoamericana que entiende que, además de producir conocimiento, debe velar «por su conservación, transmisión y aplicación a la solución de los problemas de la sociedad» (Salazar Ferro en Uribe, 2006: 41).
A su vez —y siguiendo a Anna Aguilar—, la «característica principal de una editorial universitaria» es que es «una empresa cultural que despliega su actividad editorial en un ámbito no editorial» (2012a: 65). Esto implica ciertas especificidades en su labor, que la distinguen de sus pares comerciales.
En este sentido, Claudio Rama (2006) y Leandro de Sagastizábal (2006) coinciden en señalar una gran debilidad de las ediciones universitarias de América Latina y el Caribe, que, según el primero se debe generalmente a la falta de políticas de promoción, venta y distribución de sus publicaciones, y a su sus mecanismos y procesos altamente burocratizados para la selección de textos, que las editoriales universitarias carecen de «políticas editoriales estables» y que se caracterizan, a su vez, por la «alta rotación de sus responsables […] y la ausencia de políticas de estímulo en la producción editorial» (2006: 18-19). Por su parte, De Sagastizábal busca las causas de la «precariedad de la gestión en que se desenvuelve actualmente buena parte de las ediciones universitarias» en la poca claridad respecto al «sentido y la orientación» de las ediciones en las universidades latinoamericanas y del Caribe (2006: 102).
Materiales y método
Este trabajo se nutrió de dos tipos de datos. Por un lado, los que provienen de la información sobre títulos editados que los propios autores ofrecen en sus currículums en línea en el sni. Por otro lado, una encuesta a los autores (ver anexo ii) que indagó en las decisiones que tomaron a la hora de editar dentro o fuera de la Udelar. Se suma, finalmente, una mirada al otro actor involucrado —la Universidad—, a partir de la historización de su Departamento de Publicaciones.
El trabajo se acota al período 1985-2016 en el entendido de que, al recuperar en 1985 la Udelar su vida «normal» a partir de la apertura democrática posterior a la dictadura cívico-militar que comenzara en 1973, este corte temporal permite observar las continuidades en su Departamento de Publicaciones a pesar de ciertas transformaciones políticas que ha vivido la Universidad de la República —sobre todo en los últimos quince años—.
Las ediciones universitarias
Para este trabajo se caracterizará muy brevemente a la editorial universitaria a partir de una reseña que condensa principalmente una sucesión de actos administrativos que no redundaron en cambios sustantivos en sus políticas editoriales (Polla, 2016) y de una entrevista en profundidad a la jefa del Departamento de Publicaciones.[5]
Se pretende resumir algunos de los ejes que De Sagastizábal (2006) utiliza para comparar la situación de las editoriales en América Latina y el Caribe: 1) la autonomía administrativa, financiera y editorial; 2) los tipos de estructuras en cuanto a los recursos humanos y a la conducción además de a la existencia de un comité editorial; 3) la producción bibliográfica; 4) los criterios de gestión (fijación de precios y definición de procedimientos); 5) la relación con los autores; 6) la distribución y las ventas.
Los autores universitarios
En primer lugar, el universo que abarca esta investigación es el de los investigadores de la Universidad de la República, porque, además de ser una de las dos universidades públicas en Uruguay,[6] es la que concentra alrededor del 80 % de los investigadores del sni (Arocena, 2014: 80).
En segundo lugar, se eligió relevar las ediciones de las áreas de las ciencias sociales y las humanidades del sni,[7] por la «enorme preponderancia de las ciencias sociales […] por sobre las “ciencias duras”» entre las publicaciones unitarias, en contraste con las periódicas, donde se invierte la carga disciplinaria, como señala De Sagastizábal (2002: 10) para el caso argentino.
A su vez, el sni disponibiliza los currículums («cvuy») de los investigadores activos (los que residen en el país) y de los asociados (que residen en el extranjero). Dentro de estos dos grandes grupos, los investigadores están categorizados en cinco niveles: Iniciación, niveles i, ii y iii y Emérito, que se cruzan con las áreas de conocimiento. Se eligió acotar el universo a los residentes (los activos), en el entendido de que están más cerca de la posibilidad de editar en nuestro país, y dentro de este grupo se tomaron en cuenta los cinco niveles.
Cada investigador que integra el sni ingresa sus datos en su cvuy en línea, donde hay una sección dedicada a su producción bibliográfica, que se divide en dos partes: artículos —arbitrados y no arbitrados—, y libros y capítulos de libros. Para este trabajo se utilizó la categoría de libros publicados, ya que la participación de un autor en un capítulo no implica, en general, responsabilidad sobre la edición del libro.
Esta fuente ofrece datos que permiten estudiar caso a caso cada título consignado y porque cada autor puede señalar hasta cinco títulos que considere los más importantes de su producción bibliográfica, lo que permitió consultarlos en una segunda etapa sobre las decisiones que tomaron en relación con su edición.[8]
La sección que recaba los datos sobre las publicaciones en el cvuy ofrece algunas dificultades, tanto para quien la completa como para quienes la relevan, que se comentan en detalle en el anexo i.
La información obtenida de los cvuy del sni se sistematizó según se relevaba —por autor—[9] y se estableció dónde han editado los investigadores uruguayos de la Udelar que están activos en el sni, para generar una base de datos según tres categorías: las ediciones «puramente» universitarias, las coediciones (o «seudocoediciones») y las ediciones hechas enteramente fuera de la Universidad.
En la primera categoría se incluyen todas aquellas ediciones del servicio central editorial universitario así como de facultades o institutos, sin distinción, al menos en este trabajo.
En la segunda —la de las «seudocoediciones»— se agruparon aquellas en las que figura la Universidad de la República, o alguna de sus facultades o institutos, junto con otras editoriales, sean editoriales privadas u organismos internacionales o estatales. Aquí corresponden algunas precisiones, que tienen que ver con el prefijo seudo que nombra a esta categoría: el agrupamiento no distingue entre libros coeditados «auténticamente» —en un acuerdo explícito interinstitucional o con un privado— y publicaciones fruto o parte de investigaciones realizadas por miembros de la comunidad académica cuyos autores consignan su pertenencia institucional mediante el logotipo de la Universidad sin que haya habido necesariamente un proceso formal de validación de ese texto por parte de la institución. Como no resulta sencillo, al menos con los métodos utilizados para relevar la información en el presente trabajo, establecer diferentes subcategorías, se optó por no considerarlas completamente externas a la Udelar. Muchos autores eligen reconocer su pertenencia, ya que las investigaciones son desarrolladas en el marco del desempeño laboral de sus autores en la Universidad. Otros autores mencionan como coeditora a la Universidad para darle prestigio al título publicado.[10]
El tercer grupo —el de las ediciones externas— incluye tanto las ediciones comerciales como las que se hacen desde organismos estatales o internacionales sin participación de ningún tipo de la Udelar, salvo la de albergar a sus autores.
Además de la cantidad de títulos editados en cada una de las categorías que se describieron, interesa analizar el comportamiento de cada uno de los actores individualmente, para lo cual en la encuesta se intentó relevar cómo fue el proceso de edición de los (hasta) cinco títulos que los investigadores consignaron en sus cvuy como los más significativos en su producción académica. Así, se les pidió que respondieran por cada uno de esos títulos para dar cuenta de dónde habían editado y qué factores habían incidido en su decisión —de haberla tomado ellos—. Se listaron los factores que hicieron que editaran dentro o fuera de la Udelar y se les solicitó también que ampliaran su respuesta. Si habían editado fuera, se pidió además que especificaran cómo habían consignado la participación de la Universidad —de haber existido— y cómo había sido esa participación, para poder obtener mayor detalle sobre el caso de las «seudocoediciones». Si, por el contrario, el título había sido editado dentro de la Universidad, se buscaba saber si había habido financiamiento externo y en caso de haber sido seleccionado por un programa de apoyo a publicaciones, por cuál.
Discusión
La edición universitaria
Si bien la editorial universitaria edita alrededor de treinta títulos anuales, estos no se vinculan más que a líneas editoriales que surgen de programas de apoyo a publicaciones de las sectoriales centrales de la Universidad y de definiciones políticas del Rectorado o de decanos y directores de facultades e institutos.
En lo relativo a la autonomía[11] (De Sagastizábal, 2006), desde 2008 el Departamento de Publicaciones de la Udelar pertenece administrativamente a la Unidad de Comunicación de la Universidad de la República (ucur), que depende directamente del Rectorado y sigue los lineamientos de una comisión central cogobernada e integrada por representantes de servicios universitarios relacionados con la comunicación y un representante del rector y esta dependencia del rectorado ha sido así desde su creación en 1958.
Su financiamiento proviene del presupuesto central de la Universidad para el pago de los recursos humanos —casi todos funcionarios de planta— y de los fondos previstos para los diferentes programas de apoyo a publicaciones. La editorial es, en definitiva, un proveedor de servicios editoriales para los programas.
En cuanto a los tipos de estructuras,[12] el Departamento de Publicaciones ha ido disminuyendo su personal de cien funcionarios a alrededor de los diez que actualmente integran las áreas de producción editorial y de administración y ventas. Si bien los cargos de la primera área son técnicos, en contraste, los funcionarios vinculados a la promoción y a la venta provienen del ámbito administrativo universitario.[13]
Si bien desde su creación pretendía un plan de publicaciones más amplio,[14] funcionó generalmente como una oficina de divulgación de la actividad académica, salvo cuando una comisión directiva —o asesora, según el período—[15] definía los títulos a editar. Carece de un comité editorial y las decisiones sobre las ediciones se han tomado desde los sucesivos rectorados (Polla, 2016).
En un tercer ítem De Sagastizábal describe la producción bibliográfica.[16] Como se adelantó, si bien Ediciones Universitarias publica una cantidad de títulos nada despreciable para el medio, su catálogo se organiza actualmente a partir de los programas de apoyo a publicaciones de las sectoriales de Investigación,[17] de Enseñanza[18] o de Educación Permanente,[19] de la colección Clásicos Universitarios, de las Ediciones del Rectorado —de corte más institucional—[20] y de otros títulos que se editan con aval del gobierno central o «refrendadas por cartas de decanos u otras autoridades» (Polla, 2016).[21] En resumen, muchos de los libros «gozan del aval que el campo científico exige», pero «no han sido evaluados para saber si […] [satisfacen] la necesidad de sus lectores» (2006: 145).
En relación con lo mencionado, algunos de los autores consultados perciben así las posibilidades reales de presentar sus trabajos para ser editados por la Universidad:[22]
[Ediciones] Trilce se interesó en publicar el texto inmediatamente, mientras que no parecía haber caminos previstos en la Universidad (O17).
No existe mecanismo para publicar tesis de posgrado (EZ86).
En el momento de la edición no había programa de publicaciones (GU63).
… en la Universidad no hay un sistema para presentar manuscritos (GR78)].
De Sagastizábal establece que «las editoriales universitarias no logran hacer “la necesaria distinción entre lógica académica y lógica editorial”» (2006: 144). Además, muchas veces se las considera como una meras agencias « de servicios editoriales, o más precisamente, una oficina de impresiones», que permite a los investigadores «mojonar una trayectoria académica» (2006: 145), de modo que los títulos editados «rara vez son el fruto de una propuesta de la editorial para salir al encuentro de los lectores» (2006: 148) y en general se publican «para que el docente o investigador tenga su isbn y su libro para justificar su sostenimiento en el sistema de incentivos» (Friera, 2008). Esta descripción parece coincidir con las Ediciones Universitarias: «Cada vez más se nos exige publicar en la carrera académica, pero a su vez es una obligación para que sea realmente un aporte a la gente» (AU109).
En lo que respecta a los criterios de gestión (que incluyen los mecanismos de fijación de precios y los procedimientos) y a los modos de relación con los autores, Aguilar afirma que uno de los desafíos de las editoriales universitarias, y que se verifica en el caso de la Udelar, es que
… deben tratar de encontrar equilibrio entre aquellas colecciones que, si están dirigidas a un público de docentes o estudiantes, requieren de un pvp accesible (porque compiten con la fotocopia u otros materiales) y otras colecciones que, en función de su producción, insumen mayores costos y se dirigen a un público más especializado, por lo que el precio acompaña ese perfil (2012a: 73).
En lo que hace a los procedimientos, el circuito de producción se inicia con el ingreso a la editorial de un título aprobado previamente para seguir una ruta bastante típica por las distintas instancias del proceso de edición:
El proceso de edición es muy atento y exhaustivo, lo que garantiza un buen libro, en lo que respecta a su aspecto más importante: el contenido (FW72)
La edición es vistosa y linda (EB50).
Entre las opciones planteadas […] la calidad mayor de edición la tiene este servicio (HR40).
Es de orden agregar que muchos de los libros editados en el seno de la Udelar se disponibilizan en línea luego de seis meses de impresos, según consta en el contrato de edición,[23] lo que, más allá de su posible repercusión en las ventas, no se ha resuelto de modo de favorecer su recepción entre los lectores.[24]
Uno «de los grandes problemas sin solucionar de la industria editorial y uno de los más determinantes en el campo de la edición universitaria» (Aguilar, 2012a: 75) es el de la distribución y ventas.[25] En los últimos años, la editorial universitaria ha perdido su punto de venta propio y comparte un local dentro del edificio central de la Udelar además de que su distribución en las librerías locales es limitada.[26] Tampoco cuenta con políticas claras de promoción de su catálogo ni ha incursionado en la venta en línea o en la impresión a demanda, dificultad que no escapa al resto del continente, donde es usual que la distribución del libro universitario «se concentre en las bocas de venta pertenecientes a la institución» (De Sagastizábal, 2006: 169).
Hubiera preferido otra editorial —como permitía antes el programa— pues tienen mayor circulación a nivel nacional (FW97).
Por la distribución extramuros de la universidad (BJ66).
La fhce se ocupó del diseño […]. También de la distribución, que fue muy problemática (GK67).
El libro se regala, lo que permite hacerlo llegar a un «público objetivo», pero no se llega a otros círculos, ya que no se lo difunde por los canales de distribución de los libros (EP77).
Igualmente, asumiendo que en el campo académico se solapan autores y lectores, cabría preguntarse si en Uruguay los textos de autores propios de la Udelar se incorporan a las bibliografías de los cursos que se dictan en ella o si se cumple lo que De Sagastizábal recoge para las universidades de la región, en el sentido de la casi nula inclusión «de textos propios de cada casa de estudios como parte del programa de cada materia», lo que implica que «los alumnos de las universidades […] comprarán ediciones comerciales importadas y, en menor medida, también comprarán ediciones comerciales locales» (2002: 12).
Los autores universitarios
Como ya se explicó, se trabajó con un total de 1575 títulos, que se dividen según las tres categorías ya reseñadas: ediciones en el seno de los servicios editoriales universitarios (28 %), seudocoediciones (6 %) y ediciones fuera de la Universidad de la República (66 %), como se puede ver en el gráfico 1 en el anexo iii.
En un primer acercamiento, surge que de los títulos editados en la Udelar, casi una tercera parte ha sido editada por los programas de publicación de las sectoriales de investigación o enseñanza —que explícitamente abren llamados para los miembros de la comunidad académica—.[27]
De los títulos editados fuera de la Universidad, alrededor del 10 % aparece editado por organismos internacionales o estatales y menos de la mitad proviene de editoriales privadas de mayor o menor envergadura y pocas imprentas. El resto se reparte entre organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil. Aquí conviene recordar que muchos investigadores son contratados por organismos del Estado o internacionales para desarrollar estudios —sobre todo en el área social—, cuyo informe es editado por los mismos organismos —y también coeditado o «seudocoeditado»—. También debe apuntarse que algunas de las ediciones que aparecen como comerciales pueden provenir de fondos de la propia Universidad de la República, aunque esta no figure como coeditora (esto se observa con mayor claridad cuando se trata de títulos publicados en imprentas o por servicios editoriales).
Además de las apreciaciones hechas en «Materiales y método» sobre las coediciones, se puede agregar que, así como «la coedición de las publicaciones es un recurso de las editoriales universitarias» (Uribe, 2006: 48) en la región,[28] en Uruguay su proporción no es significativa en relación con las ediciones realizadas dentro de la Universidad o completamente fuera de ella. Cabe agregar que las cifras indican que la tercera parte de las «seudocoediciones» se hace con organismos internacionales o estatales. En este sentido, los autores han respondido acerca de cómo consignan la participación de la Universidad en este tipo de coediciones mostrando un abanico de posibilidades:
Se coloca el logo de la Udelar, del programa o del servicio (W91, DO12, FJ12, FI21, DN36, HD49 y otros).
Se consigna la pertenencia de los autores (FL29, AA107, EP112).
Se menciona en los agradecimientos (FL16, HG16, HG18, AA63).
Se presenta como coedición (HF3, BU27, DP39, FK63, FK65, FK76, FK104).
Que la mayoría de los autores haya editado fuera de su ámbito de desarrollo académico no resulta sorprendente luego de conocer la realidad de las Ediciones Universitarias. Como evidencian las respuestas de los autores, es probable que la falta de políticas editoriales claras, la ausencia de un catálogo consistente que implique además transferencia de capital simbólico, el desconocimiento de las demandas de los lectores, la poca claridad en los procesos de selección de originales, sumados a la evidente dificultad para la venta y la distribución de sus ediciones, sean definitorios a la hora de elegir dónde editar.
Las preguntas que relevaron las razones que llevaron a los autores a editar dentro o fuera de la Udelar incluyeron algunas en común y otras específicas para cada categoría. Así, para ambas, los motivos fueron: la calidad de la edición, la rapidez y el prestigio; para quienes editaron fuera se sumaron a ellos: «porque me recomendaron una editorial específica», «porque en la Universidad no hay un sistema para presentar manuscrito» y «porque la distribución/venta es mejor», y para las ediciones dentro de la Udelar se sumaron al primer grupo común «porque estoy obligado/a por los lineamientos del programa de publicaciones» y «por sugerencia de un colega o un superior».[29]
Antes de poner en relación las preguntas en común para las ediciones internas y externas a la Udelar, corresponden algunas observaciones: entre las razones para publicar fuera de la Udelar, la calidad, la rapidez, el prestigio y la mejor distribución tienen porcentajes similares —en el entorno del 15 %—, mientras que la recomendación de una editorial o que la Udelar no tenga un sistema de presentación de manuscritos rondan el 5 %. Del otro lado, entre quienes editaron dentro de la Universidad, el prestigio es la razón de mayor peso —nos detendremos sobre este punto en particular unas líneas más adelante—, seguido por la calidad de la edición y por la obligación de editar en la Udelar por las características de los programas de publicaciones —con alrededor del 15 % para ambas opciones— y, por último, por la sugerencia de un colega o superior y por la rapidez, como se observa en los gráficos 2a y 2b en el anexo iii.
Se decidió agrupar algunas respuestas para comparar las decisiones que motivaron a las y los autores editar dentro o fuera de la Universidad de la República. Se seleccionaron tres razones que se consultaron tanto con quienes editaron fuera como con quienes lo hicieron dentro de la Udelar. Así, como se ve en el gráfico 3 del anexo iii, la rapidez y la calidad de la edición definieron a la mayoría de los autores por editoriales externas. Algunas respuestas ampliadas pueden ofrecer detalle sobre este aspecto. Por ejemplo, quienes definieron editar fuera de la Universidad, plantearon:
… los largos tiempos de edición de Udelar implicaban que, al publicarse el libro, hubiera que reactualizarlo en forma completa, no solo en lo que respecta a la actualización bibliográfica, sino también a los nuevos aportes de investigación en el área, que hay que integrar a lo ya hecho, lo que duplica el trabajo del autor. Esta escritura en varios tiempos suele afectar, además, la coherencia general del libro (DE72).
Se trató de una publicación que requirió determinada calidad y un timing muy específico (GU86).
La demora en tramitarse la publicación motivó la búsqueda de editorial externa… (GU122).
Quienes ampliaron sus respuestas para dar cuenta de las razones que las y los llevaron a editar dentro de la Udelar, argumentaron:
La edición es vistosa y linda y además soy Dedicación Total, por ende prefiero publicar en la Udelar para devolver algo del conocimiento generado (EB50).
El proceso de edición es muy atento y exhaustivo, lo que garantiza un buen libro, en lo que respecta a su aspecto más importante: el contenido (FW72).
Por el control de calidad, exigencia y capacidad de difusión del libro, por otra parte, la trayectoria y reconocimiento nacional e internacional de la Udelar (HR34).
A su vez, es cierto que el proceso de edición dentro de la editorial universitaria es largo, sobre todo si se toma en cuenta el tiempo que transcurre entre la presentación del texto a arbitraje y su salida editorial. En cuanto a la calidad, algunas opiniones de autores que prefieren editar dentro de la Udelar dan cuenta del impacto positivo de la profesionalización de la producción editorial:
Es una de las grandes carencias que siempre ha tenido la Universidad. Como esta realidad cambió apuesto a las publicaciones porque entiendo son de buena calidad y a nivel académico al ser arbitradas otorgan prestigio que valoro (HR62).
Además de estas razones, una de las preguntas que guían este trabajo pretende indagar en si para los investigadores de la Universidad de la República el prestigio fue una razón para elegir dónde editar. Se entiende que el prestigio implica en el imaginario de los autores la transferencia de capital simbólico que conllevan las operaciones de marcación que Bourdieu menciona en su texto «Las condiciones sociales de la circulación internacional de las ideas» (2002a).
En este texto, Bourdieu señala que se da un conjunto de operaciones sociales desde el campo de origen hacia el de recepción en el campo intelectual de uno y otro campo nacional. Así, entiende que existe una «operación de selección (¿qué se traduce?, ¿qué se publica?, ¿quién traduce?, ¿quién publica?)», una «de marcación (de un producto previamente “sin marca”) a través de la casa de edición, la colección, el traductor y el prologuista» y, finalmente, una «de lectura (lectores aplicando a la obra categorías de percepción y problemáticas que son el producto de un campo de producción diferente)» (2002a: 3). Estas operaciones —sobre todo la de marcación (una cubierta, un prologuista específico, una editorial concreta o una de sus colecciones)— son traspolables al análisis de un campo nacional y permiten analizar, en este caso particular, cómo influyen en las decisiones de los investigadores a la hora de editar.
En este sentido, en el gráfico 3 se observa una diferencia menor entre quienes definieron con base en el prestigio editar dentro o fuera de la Udelar, en aparente contradicción con una de las hipótesis iniciales de este trabajo. Sin embargo, las ampliaciones de las respuestas de los autores aportan matices a la información cuantitativa:
El prestigio es la razón principal, y si bien en una perspectiva muy acotada la Udelar lo tiene, está lejos de alcanzar un reconocimiento similar al que tienen otras ediciones universitarias de América Latina y todavía más lejos de las de habla inglesa (O27).
Porque en ese momento las publicaciones universitarias eran muy reducidas y la editorial interesada era muy prestigiosa… (O91)
Es una de las editoriales más prestigiosas (BJ123).
Ediciones de la Banda Oriental es una de las editoriales más prestigiosas en lo que a libros de historia se refiere (GU97).
En el caso de las ediciones dentro de la Udelar, el prestigio aparece asociado por un lado a la institución y por otro a los procesos de evaluación y arbitraje de los textos, mientras que, en el caso de las editoriales comerciales, las respuestas se orientan hacia las operaciones de marcación más específicas de la edición (Bourdieu, 2002a). Así, las respuestas que argumentan haber editado en la Universidad, indican:
Nos interesaba que tuviera arbitraje (AL139)
Es más reconocida una publicación universitaria (que pasa por referato) que una edición independiente (CG13).
Publicar en una editorial universitaria implica que el libro fue arbitrado (CG77).
Considero que lo más prestigioso para un docente/investigador es que la universidad en la que trabaja publique sus investigaciones (FW72).
Prestigio de la Udelar. Publicación evaluada (FW121).
El mérito que significa siendo la Universidad más grande de Uruguay (HR74).
… el respaldo, prestigio y calidad que ofrece dicho programa (HR128).
Por último, vale la pena mencionar un matiz más que brindan las ampliaciones de las respuestas en cuanto a la edición dentro de la Universidad: el sentido de pertenencia, ya que varias respuestas dan cuenta de que es una suerte de deber ser editar dentro de ella y que es «lo que corresponde» para «devolver algo del conocimiento generado», ya que «Los trabajos de investigación, si corresponden a las funciones docentes, deben publicarse en la Udelar». Si bien esto último escapa al tema de interés de esta sección, no resulta menor en una universidad latinoamericana.
Conclusiones
Tres hipótesis se plantearon al comienzo de este trabajo en relación con las ediciones de los investigadores de la Universidad de la República categorizados en el sni. Por un lado, que estos investigadores e investigadoras editan mayormente fuera de la Universidad y, desprendidas de esta primera, que no hay en la Universidad una política editorial concreta en relación con las publicaciones de sus investigadores, al tiempo que el prestigio que las operaciones sociales de marcación otorgarían a los libros editados fuera de la Universidad impulsa a los autores universitarios a buscar editoriales comerciales, a pesar de que, como se vio en la sección «Discusión», otros consideran que la Universidad sí otorga prestigio. Sin embargo, el prestigio de la edición dentro de la Universidad está, justamente, asociado a la institución y a sus procesos de arbitraje y no a su editorial.
A partir de la información sistematizada de los cvuy en el sni y de la información que surgió de las encuestas a los autores —aún en proceso—, puede afirmarse que los investigadores de la Universidad de la República eligen editar sus libros fuera de ella y que cuando lo hacen en su editorial es porque se han presentado a llamados específicos a publicaciones. Si estos programas de apoyo a publicaciones son parte de una política editorial es una cuestión menos sencilla, ya que, si bien promueven la edición en la Universidad, no han sido diseñados en el seno del Departamento de Publicaciones ni forman parte de un conjunto de líneas editoriales o colecciones que conformen un catálogo previamente diseñado.
Resta seguir profundizando en distintos aspectos de
las ediciones de las y los investigadores de la Universidad de la República y
cabe seguir preguntándose también hasta dónde se solapan los campos de
producción y recepción en el caso de nuestra academia y cómo las operaciones de
marcación son más o menos evidentes.
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Ruiz Serna, L. (2011). «Políticas editoriales que contribuyen a la generación de una producción científica de alta calidad y con impacto social. Caso Universidad Antonio Nariño en Bogotá, Colombia», ponencia presentada al XVIII Congreso Nacional de Divulgación de la Ciencia y la Técnica y 2.º Congreso Estatal de Difusión y Divulgación de la Ciencia y la Tecnología, Morelia, Michoacán, octubre. Disponible en: <http://www.somedicyt.org.mx/congreso_2011/memorias/congreso18_54.pdf> [Consultado el 31 de julio de 2018].
Tabarovsky, D. (2012). «Libros públicos», Perfil.com, 28 de enero. Disponible en: <http://www.perfil.com/ediciones/2012/1/edicion_646/contenidos/noticia_0018.htm> [Consultado el 31 de julio de 2016].
Uribe, R. (2006). «La edición de libros en las
universidades de América Latina y el Caribe», en Rama, C.; Uribe, R. y De Sagastizábal,
L., Las editoriales universitarias en América Latina. Bogotá: Iesalc-Cerlalc.
CV abreviado
Para citar este artículo:
Aharonián
, Nairí y Lacreu, Maura (2019). “Inside
out. Las ediciones y los universitarios en
Uruguay, 1985-2016”.
RELEED. Revista Latinoamericana de Estudios Editoriales, núm. 1. Buenos Aires:
Red de Estudios Editoriales (Universidad de Buenos Aires).
Anexo I.
Sección «Libros publicados» del CVUY del SNI
Sobre las dificultades que el cvuy ofrece para completar
—y también relevar— la sección destinada a consignar los títulos publicados,
cabe destacar, en primer lugar, que no siempre los autores parecen distinguir
entre editorial e imprenta o, incluso, organismo financiador —que, además, debe
elegirse de una lista predeterminada—. También, los autores consignan de forma
dispar a sus coautores o muchas veces no los explicitan (imagen 1 del
anexo i). En tercer lugar, el formulario ofrece la posibilidad de
distinguir entre libro publicado y libro compilado, categorías poco claras, ya
que tampoco se puede especificar el rol del autor en ellas (imagen 2 del
anexo i). A su vez, muchos autores incluyen libros en los que
participan como coautores o como autores de capítulo sin ser sus autores
principales o compiladores. Esto agrega, entonces, la tarea de cotejar cada
título para asociarlo únicamente al autor o autores que hubieran podido decidir
sobre su edición. En cuarto lugar, cuando el formulario solicita establecer el tipo
de publicación, las opciones que ofrece no son claras, por lo que muchos
títulos quedan consignados como «otros» (imagen 3 del anexo i). Por
último, los campos que corresponden al papel del autor no ofrecen opciones
sencillas de diferenciar, por lo que a los efectos de este trabajo los roles se
agruparon en dos grandes categorías, autor y compilador, para simplificar su
estudio (imagen 4 del anexo i).
Imagen 1. Instrucciones para el llenado de la sección
«Producción científica/tecnológica – Libros y capítulos de libro»
Fuente: captura de pantalla tomada de
cvuy.anii.org.uy
Imagen 2.
Opciones de la «Categoría»: Libro publicado, Capítulo de libro publicado,
Libro compilado, Prólogo
Fuente: captura de pantalla tomada de
cvuy.anii.org.uy
Imagen 3. «Tipo de publicación»: Divulgación, Investigación, Material didáctico, Otros
Fuente: captura de pantalla tomada de
cvuy.anii.org.uy
Imagen 4. Opciones para «Libro publicado» en el campo
«Categoría»:
Compilación, Definición, Otra, Texto integral
Fuente: captura de pantalla tomada de
cvuy.anii.org.uy
Anexo II
Formulario de encuesta a autores relevados
Anexo III
Gráficos
Gráfico 1
Dónde han sido editados los libros de los universitarios en Uruguay, 1985-2016,
según consignan sus propios autores
Fuente: elaboración propia a partir de datos procesados desde el sni de la anii, disponibles en http://sni.org.uy/investigadores/
Gráficos 2a y 2b
Razones para editar en la Udelar y fuera de la Udelar
Fuente: elaboración propia
Gráfico 3. Comparación de razones para editar fuera y dentro de la Udelar
Fuente: elaboración propia
[1] Bourdieu entiende por campo editorial aquel «espacio social relativamente autónomo —es decir, capaz de retraducir, según su propia lógica, todas las fuerzas externas, económicas y políticas, especialmente—, en el cual las estrategias editoriales encuentran su principio», tomando este concepto específico del de campo intelectual y campo cultural (2012: 242). Definiciones sobre campo cultural e intelectual pueden verse en Bourdieu, 2002b.
[2] «La anii es una entidad gubernamental que promueve la investigación y la aplicación de nuevos conocimientos a la realidad productiva y social del país. […] desarrolló el Sistema Nacional de Investigadores, un programa de incentivos económicos a investigadores nacionales categorizados en base a un estricto sistema de evaluación. Además, creó el Portal Timbó, que permite el acceso gratuito a todo tipo de publicaciones científicas de todo el mundo para todos los uruguayos.» (en <http://www.anii.org.uy/institucional/acerca-de-anii/#/acerca-de-anii>) Por más información: <http://www.anii.org.uy>.
[3] «La Universidad de la República (Udelar) es la principal institución de educación superior y de investigación del Uruguay. En colaboración con una amplia gama de actores institucionales y sociales, realiza también múltiples actividades orientadas al uso socialmente valioso del conocimiento y a la difusión de la cultura. Es una institución pública, autónoma y cogobernada por sus docentes, estudiantes y egresados.» (en <http://www.universidad.edu.uy/renderPage/index/pageId/108>).
[4] Artículo 2 de la Ley Orgánica de la Universidad de la República (n.º 12.549 de 1958), disponible en <http://dgjuridica.udelar.edu.uy/ley-organica/>.
[5] Entrevista a Soledad Menéndez, julio de 2016.
[6] La Universidad Tecnológica, fue creada por Ley 19.043 en diciembre de 2012, durante el gobierno de José Mujica (Frente Amplio) y tiene aún escaso desarrollo. Véase: <http://www.utec.edu.uy/es/?pa=pagina&id=6>.
[7] Las áreas de conocimiento que define el sni son: Humanidades, Ciencias Agrícolas, Ciencias Naturales y Exactas, Ciencias Médicas y de la Salud, Ingeniería y Tecnología, y Ciencias Sociales (<http://sni.org.uy/investigadores/>).
[8] Las preguntas de esta encuesta pueden verse en el anexo ii. Se relevaron 1575 títulos y la encuesta se envió a sus 282 autores principales, de los cuales más de la mitad respondieron el cuestionario.
[9] Para cotejar los datos de edición, caso a caso —editoriales, años de edición, coautorías, roles—se consultaron las bases de datos de la Universidad de la República, de la oficina de isbn en Uruguay y otros repositorios en línea.
[10] En el cuestionario enviado a los autores se incluye una pregunta específica para arrojar alguna luz sobre estos tipos de coediciones, en el sentido de conocer de primera mano cómo se consignó en cada caso y, de ser posible, por qué.
[11] De Sagastizábal distingue entre las editoriales universitarias «que dependen directamente del Rectorado o del Vicerrectorado» y las que lo hacen «de la secretaría de Asuntos Académicos o de Extensión Universitaria» (2006: 120).
[12] Los tipos de estructuras describen los recursos humanos: cantidad, vínculo laboral y niveles de profesionalización. De Sagastizábal. El mencionado autor incluye una posible clasificación, según cuenten con «comité editorial propio» o se guíen por «el referato externo» (De Sagastizábal, 2006: 120). Según él, un «modelo virtuoso» es aquel que implica «máxima autonomía», la conducción por parte de «un directorio u otro órgano similar que determina las políticas —inclusive los mecanismos de validación (referato, lectores especialistas u otro) y los procedimientos—», y un «estamento gerencial» que gestiona «las áreas básicas de la empresa […] y lleva adelante la ejecución de las políticas» (2006: 124).
[13] Entrevista con Soledad Menéndez, 2016.
[14] «Una de las formas de divulgación de los conocimientos científicos y de la actividad intelectual más eficaz que puede desarrollar la Universidad es la que se puede cumplir a través de un amplio plan de publicaciones, no solo de los trabajos científicos que se realizan en sus diferentes servicios, sino también de las obras importantes de autores nacionales y extranjeros» (Plan Maggiolo, citado por Polla, 2016).
[15] Integrada, entre otros, antes del golpe de Estado, por Eduardo Galeano (Polla, 2016).
[16] La producción bibliográfica da cuenta de los «perfiles del catálogo», la cantidad de títulos editados y los «mecanismos para la aprobación de originales» (De Sagastizábal, 2006: 111). Véase el catálogo de Ediciones Universitarias en <http://www.universidad.edu.uy/pmb/opac_css/>.
[17] Por más información sobre la Comisión Sectorial de Investigación Científica (csic), puede consultarse <http://csic.edu.uy>. La información específica sobre el Programa de Apoyo a Publicaciones puede verse en <http://csic.edu.uy/renderPage/index/pageId/140> y la relativa al programa Artículo 2 en <http://csic.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/38730/refererPageId/445>.
[18] Más información sobre la Comisión Sectorial de Enseñanza (cse) puede obtenerse en <http://www.cse.udelar.edu.uy/>. El llamado 2018 a publicación de manuales de enseñanza puede verse en <http://www.cse.udelar.edu.uy/wp-content/uploads/2017/12/manuales2018_final.pdf>.
[19] Por más información sobre la Unidad Central de Educación Permanente puede consultarse <http://www.eduper.edu.uy>. El llamado 2018 a publicaciones puede consultarse en <http://udelar.edu.uy/eduper/wp-content/uploads/sites/29/2018/04/Bases-convocatoria-publicaciones-2018-a.pdf>.
[20] Pueden consultarse aquí: <http://www.universidad.edu.uy/bibliotecas/?page_id=471> o en <http://www.universidad.edu.uy/pmb/opac_css/index.php?lvl=etagere_see&id=4>.
[21] El Departamento de Publicaciones fue cambiando su catálogo, que a comienzos del período que se estudia —y antes también— estaba compuesto mayoritariamente por textos de apoyo para el dictado de clases y que, para la primera década del siglo xxi, estaba integrado mayoritariamente por los productos de investigaciones y por publicaciones institucionales. Esto podría afirmarse también para los departamentos de publicaciones de las facultades e institutos.
[22] La nomenclatura utilizada para referenciar los ejemplos corresponde a la ubicación de las respuestas en la planilla de sistematización de respuestas de la encuesta.
[23] El contrato que se firma entre la Universidad de la República y los autores, al menos en la csic, puede verse en <http://www.propiedadintelectual.udelar.edu.uy/contrato-de-cesion-de-derechos-patrimoniales-de-propiedad-intelectual/>.
[24] En general, «el trabajo de los autores carece de la retribución que determinan la ley o las prácticas habituales en el circuito comercial», porque suele entenderse desde la institución universitaria que «la sola difusión de la obra se percibe como suficiente pago por el trabajo intelectual» (De Sagastizábal, 2006: 164).
[25] De Sagastizábal hace especial hincapié en las «estrategias de ampliación de mercados», la distribución y las «actividades de promoción y marketing» (2006: 111). En lo que respecta a este eje, el autor señala que «la edición universitaria de la región no suele concebir un plan estratégico acerca de cómo hacer para que sus libros se encuentren con sus lectores, aun en aquellas editoriales que se proponen satisfacer la demanda del público general, más allá del universitario» (2006: 168).
[26] Entrevista a Soledad Menéndez, 2016.
[27] Cabe señalar, en relación con estos llamados, que hasta 2011 el Programa de Apoyo a Publicaciones de la csic entregaba el dinero a los docentes cuyos trabajos resultaran seleccionados y estos editaban en editoriales comerciales o con editores profesionales o simplemente entregaban sus textos a imprentas. Esto implica una dificultad en el registro que debe tenerse en cuenta y que podría relevarse caso a caso y que tiene que ver con que algunos libros editados en esas condiciones aparecen como coediciones y otros figuran como libros editados fuera de la Universidad. En este sentido, las respuestas de la encuesta a los autores permitirán un mejor discernimiento.
Puede ampliarse información sobre este llamado en <http://www.csic.edu.uy/renderPage/index/pageId/140>, ya que sus bases se han ido modificando en el correr del período de estudio, no solo en lo concerniente al proceso de edición, sino también al de revisión de pares de los originales presentados a concurso. Este llamado selecciona actualmente alrededor de 25 títulos anuales, que han ascendido a más de cincuenta en algunas de sus ediciones en el tiempo que lleva activo.
[28] Ejemplos de esto son títulos del Espacio Interdisciplinario o aquellos editados mediante el programa Artículo 2 (de divulgación o de aporte a la comprensión pública de temas de interés general).
[29] Las respuestas «Porque en la Udelar no hay un sistema para presentar manuscritos» y «Porque estoy obligado por los lineamientos del programa de publicaciones», que ilustran dos extremos posibles de factores ajenos a la voluntad del autor, quizás deberían restarse del conjunto a analizar, pero son importantes a la hora de la interpretación: «Hubiera preferido otra editorial —como permitía antes el programa— pues tienen mayor circulación a nivel nacional».